El espectáculo se encuentra a la vuelta de la esquina. Cualquiera puede ser víctima sin quererlo de la última y ya clásica performance de "La Gallina". El party boy instantáneo nos deleitó esta vez en una parada de nuestro viaje a Gredos del otro día para comprar melones, y no es coña; es completamente improvisado. El histórico mecenas espiritual de Garlic, Seriocha, incitó a este a que sacara todo lo que llevaba dentro en ese momento de cotidianeidad y party boy lo hizo. ¡Disfrutad, gañanes!
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